dimecres, 9 de març del 2011

Nos vamos a Balsareny


ERNEST DESCALS-PINTOR
 Hola de nuevo amigos de vivencias:
Voy a seguir con un nuevo capítulo de mis vivencias que la vez anterior me quedé con mi trabajo en el Restaurante Diagonal, la vida en Barcelona transcurre positivamente todo el verano, antes del otoño se viene mi hermana mayor y también se pone a trabajar, mi padre antes de final de año vuelve al pueblo con la idea de traerse para acá a mi madre y a mi hermana pequeña, tenemos el primer tropezón, nos escriben a mi hermana y a mí una carta que nos dice. La mama no quiere marcharse a Barcelona y dejarlo aquí todo, veniros para acá que aquí nos iremos arreglando a lo que mi hermana y yo nos opusimos rotundamente lo que hizo cambiar de parecer a mi madre que no quiso dejarnos solos en Barcelona, se pusieron en contacto con unos paisanos nuestros que estaban en el pueblo que hemos residido desde entonces, el pueblo se llama Balsareny, aquí tenemos otro atranque porque tanto yo como mi hermana nos encontrábamos bien en Barcelona, y mi madre dice que se ha venido aquí para estar todos juntos, aquí empieza de nuevo otro problema, mi padre sin trabajo, yo que dejé el mío, mi hermana igual, ya nos tienes otra vez empezando bajo cero, fueron dos años muy malos no pudimos volver a Barcelona por ser menores de edad, aunque por intentarlo no quedó, (en este pueblo en aquel entonces (hablo del año 62 ) había varias fabricas textiles y también la mina de potasa que esta todavía está activa aunque las fabricas han desaparecido) había posibilidades porque el pueblo es pequeñito pero nos podíamos buscar la vida, yo no tuve mucha suerte al no haber trabajo de camarero me tuve que meter en la construcción, empiezo en  Enero del 62 a trabajar de aprendiz de( paleta ) que así se llama el albañil en Catalunya pasando mucho frio y calamidades, como siempre voy a decir lo que ganaba por entonces, 150 Ptas. a la semana, pero esta vez sin comida ni propinas como en el Restaurante, tampoco aquí se prosperaba mucho pero si es verdad que poco a poco a medida que nos hacíamos mayores íbamos viendo la vida más clara.
amigos de vivencias doy las gracias a todo aquel  que tenga a bien repasar  estos escritos que yo haciéndolo me lo paso pipa, hasta la próxima.

dimecres, 2 de març del 2011

Nos vamos a Barcelona

Hola amigos de nuevo:
Voy a seguir con un nuevo capítulo de mis vivencias, y procurar no aburrir a nadie con ellas.
En vista de lo poco que se prosperaba, un día mi padre me propone de irnos él y yo de momento a Barcelona (éramos una hermana pequeña, y otra mayor que yo ) mi padre por aquel entonces había sido guardia municipal, aunque su oficio desde pequeño era zapatero,tampoco eran buenos tiempos para el zapatero, lo que quiere decir que ya nos tienes a los dos carretera y manta para Barcelona, dejamos atrás a las tres mujeres hasta ver si nos podíamos situar, ya se puede imaginar el posible lector un chaval con menos de quince años sin haber salido nunca de casa, lo grande que veía Barcelona nos hospedamos en casa de unos paisanos nuestros que en Rute les decían los (piñeros) en la c/Onésimo redondo cerca de la torrasa (Santa eulalia), si problemas teníamos en Rute en (Barna) se acrecentaron un montón, de momento a trabajar en la construcción, por suerte para mí solo fueron dos semanas, porque hablando con un vecino a donde parábamos yo dije que mi oficio era camarero, dio casualidad que este señor trabajaba de extra, o sea esporádicamente, en el Restaurante Diagonal y tuvo a bien presentarme al jefe que era y creo que es, D. Santiago Soteras, y ese mismo día me dieron trabajo de ayudante de camareros,a este señor no le he vuelto a ver nunca más, trabajaba en Almacenes el Águila ya desaparecidos de la plaza Universidad, me puse a estudiar cómo llegar de collblanch al restaurante,cogia el tranvía (el 62) hasta plaza Tetuán y paseo de s. Juan arriba a patita hasta esquina Diagonal, como siempre vamos a hablar de sueldo, ganaba 150 Ptas. a la semana  la comida en el restaurante, un día de fiesta a la semana y tengo que decir que todos los días ganaba más de propinas que de sueldo, en este trabajo también aprendí mucho, lo primero a administrarme que con esa edad ya es un palo, en este trabajo me lo pasé muy bien, pues no conocía ningún otro, y como ventaja que tenía un día de fiesta a la semana esto no lo había tenido nunca.
parque Güell de Barcelona